Mi nombre es Laura Miguel, soy Licenciada en Química, Licenciada en Homeopatía, Máster en Química y Doctoranda en Inmunología.
El camino que me ha llevado hasta la Homeopatía está marcado por dos hechos, el primero es que he crecido con ella, he tenido la inmensa suerte que mis padres decidieron optar por esta medicina para tratarnos a mi hermana y a mí desde nuestra infancia. Mientras todos los compañeros en el cole tomaban sus medicinas, nosotras nos tomábamos nuestras “bolitas” cuando lo necesitábamos. Hemos crecido sanas y fuertes.
El segundo hecho que me llevó a estudiar Homeopatía ha sido el trabajar en Inmunología durante muchos años, concretamente en enfermedades reumáticas autoinmunes. Comenzé formándome en Basilea, Suiza, en inmunología experimental en la Universidad de Basilea, concretamente en esclerosis múltiple, allí mi contacto con los pacientes fue muy limitado, fue casi exclusivamente trabajo de laboratorio y horas de estudio. De Suiza me mudé a Rochester, Nueva York, donde trabajé en la Universidad de Rochester en Alergia, Inmunología y Reumatología, concretamente en las enfermedades de lupus sistémico eritematoso, artritis reumatoide y síndrome de Sjolgren. Allí sí que tuve más contacto con pacientes, donde pude observar varias cosas, primero que se ignoraba completamente lo que los pacientes sentían a nivel emocional y segundo la gran cantidad de efectos secundarios que producían los fármacos que se les administraba, tanto que había que tratar eso efectos secundarios con más fármacos.
Después de mi aventura en Estados Unidos, me mudé a Londres donde trabajé en University College of London, en el departamento de Inmunología, a la vez que estudiaba la Licenciatura de Homeopatía en Middlesex University y College for Homeopathic Education. Allí seguía trabajando con las mismas enfermedades, y cada vez más cerca de los pacientes. Cada vez notaba más la conexión entre síntomas físicos y síntomas emocionales, la disgregación absoluta que se hacía en el tratamiento de estas enfermedades, y la barbaridad de efectos secundarios que sufrían estos pacientes, me abrumaba. También observé como generalmente los estados agudos de la enfermedad van acompañados de algún acontecimiento a nivel emocional.
No todo son palabras negativas sobre el tratamiento por la medicina convencional de estas enfermedades, muchos pacientes están vivos o tienen una mejor calidad de vida gracias a ella, pero creo que la enfermedad es una manifestación del cuerpo, es su forma de comunicarnos que algo no va bien, y el entendimiento de este desequilibrio es lo que lleva a una curación auténtica y duradera. Solo hay una forma de llegar a este entendimiento que es tratando a la persona de forma holística y restablecer su equilibrio a través de la homeopatía es parte fundamental en la curación de la enfermedad.